jueves, 30 de septiembre de 2010

REVOLUCIÓN CUBANA

Causas de la revolución.
Las dictaduras de Gerardo Machado y de Fulgencio Batista.
La intervención política y los intereses económicos y estratégicos de los Estados Unidos en Cuba.
La guerra y el triunfo revolucionarios. El liderazgo de Fidel Castro.
Nacionalismo económico y reforma agraria.
La educación y la salud.
Represalias norteamericanas.
La invasión de Playa Girón.
El bloqueo diplomático y económico.
Las relaciones con la Unión Soviética.
Apoyo económico y político.
La crisis de octubre de 1962.
El socialismo cubano.
Autoritarismo político.
Economía planificada.
Anticlericalismo.
La apertura económica.

Desde 1898 la vida política cubana estuvo marcada por su peculiar relación con los Estados Unidos, y la misma Constitución recogía la tutela política norteamericana. Si bien la derogación de la enmienda Platt, en 1933, eliminaba del texto constitucional una cláusula que atentaba claramente contra la soberanía cubana, el protectorado de Washington se siguió ejerciendo de hecho. Fue la presión del embajador norteamericano la que obligó a Fulgencio Batista a implementar una apertura electoral, ante el temor norteamericano de que la situación política les fuera desfavorable. En 1944, por primera vez en la historia, hubo elecciones completamente libres, en las que triunfó el antiguo líder revolucionario y ahora dirigente del Partido Revolucionario Auténtico, Ramón Grau San Martín, cuyo derrocamiento había sido propiciado por la administración norteamericana en 1933. La presidencia de Grau tuvo lugar bajo la bonanza azucarera de la posguerra. Gracias a la corrupción existente amplió la base electoral y consolidó su situación política. En las elecciones de 1948 fue elegido presidente Carlos Prío Socarrás, ministro de Trabajo de Grau, quien de la mano de los Estados Unidos condujo a Cuba a la guerra fría. Los sindicatos paraoficiales tuvieron el apoyo gubernamental en la lucha contra los militantes del Partido Comunista o aquellos que podían ser acusados de filo-comunistas. La retracción de la producción azucarera y el aumento de la competencia internacional reforzaron el papel del turismo, un sector con fuerte presencia norteamericana. Eduardo Chibás, del Partido Ortodoxo, aparecía como el gran ganador de las elecciones de 1952, pero su suicidio abrió un vacío político, llenado por sus seguidores ante el desprestigio del oficialismo. El tercero en discordia era Batista, que había militado por algún tiempo en el Movimiento de la Paz y había desarrollado otras actividades vinculadas al comunismo y que para agradar a los norteamericanos terminó adoptando una clara postura anticomunista. Las elecciones no se celebraron debido a la intervención norteamericana y el poder se entregó a Batista, que aumentó la represión. Fidel Castro, que ya había sido candidato parlamentario por el Partido Ortodoxo, encabezó el asalto al cuartel de Moncada, la segunda guarnición militar ubicada en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953. Este hecho marcaría el comienzo de una vasta insurrección popular, cuyo principal objetivo era la caída de la dictadura, pero el fracaso de la empresa disminuyó el número de los rebeldes. Pese a ello, el aumento de la represión aisló todavía más a Batista y sus seguidores. En 1954 Batista fue designado presidente en unas elecciones autoconvocadas y sin competencia, que abrieron un paréntesis de distensión en la vida política, que entre otros resultados permitió la salida de Castro de la cárcel y su partida al exilio mexicano. El abandono del populismo por Batista aumentó el malestar entre la población y el incremento de la conflictividad política y de la represión. Las elecciones de 1958, en plena guerra civil, no solucionaron absolutamente nada. El candidato oficialista, Andrés Rivera Agüero, ni siquiera fue reconocido por Washington. En su exilio mexicano, Castro organizó una pequeña expedición que penetró en Cuba tras el desembarco del yate Gramma en noviembre de 1956. Castro y su Movimiento 26 de julio (M-26) crearon un foco guerrillero en Sierra Maestra, provincia de Oriente, que al poco tiempo se convirtió en el Ejército Rebelde. El M-26 era un desprendimiento del ala izquierda del Partido Ortodoxo, con una ideología igualitaria, socializante, nacionalista y antinorteamericana. La oposición urbana se endureció y en algunos casos se desarrollaron acciones armadas en las ciudades. La represión contra los activistas antidictatoriales creció y la espiral acción-represión no dejó de aumentar, dando lugar a un clima de gran agobio en la población. A partir de 1957 la guerrilla castrista logró una cierta entidad, pero no logró impulsar la insurrección. La huelga general lanzada por Castro fracasó, ante la indiferencia de la población y la falta de apoyo de los sindicatos oficialistas y de los comunistas (en ese momento el Partido Comunista, que actuaba como Partido Socialista Popular -PSP-, rechazaba la táctica insurreccional de los seguidores de Castro). Lentamente la guerrilla salió de su aislamiento y comenzó una ofensiva en los llanos (quema de cañaverales, destrucción de cosechas, etc.). La apertura de dos nuevos frentes guerrilleros, a cargo de Raúl Castro y Juan Almeida, y la coordinación de las acciones militares por parte de Camilo Cienfuegos y del Che Guevara, consolidaron el avance revolucionario. La integración de los militantes del PSP en el M-26 permitió un aumento de la agitación urbana. Gracias a su mayor protagonismo, los comunistas ocuparon puestos claves en el M-26 y en poco tiempo su control se extendió al Ejército Rebelde, lo cual explicaría el rápido giro prosoviético de la revolución tras la conquista del poder. La coalición anti-Batista se consolidó con la firma del Pacto de Caracas, en julio de 1958, que aceleró el desmoronamiento del régimen. La dictadura perdió el apoyo de Washington, que desde abril no le proveía más armamentos. En agosto de 1958 comenzó la ofensiva final y el 1 de enero de 1959 los seguidores de Castro tomaron La Habana, en medio del delirio popular y bajo las banderas de la moralización, del nacionalismo y del antiimperialismo. Castro y el M-26 gozaban de un amplio respaldo popular, que les permitió controlar totalmente la situación e impulsar un profundo proceso de transformaciones políticas, sociales y económicas. La toma de La Habana fue el comienzo de un proceso revolucionario caracterizado por la presencia de un régimen autoritario de un fuerte contenido personalista, marcado por el liderazgo y el carisma de Fidel Castro; el antiimperialismo y el nacionalismo a ultranza que acompañó el discurso revolucionario hasta nuestros días (Patria o muerte es la principal consigna del régimen); la adopción del marxismo-leninismo, y la integración en el bloque soviético y la puesta en marcha de políticas igualitarias en un intento de construir el socialismo, objetivo éste del que todavía no se ha renunciado pese al desmoronamiento del bloque del Este y al retiro de la masiva ayuda soviética.


El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, que derribó a Carlos Prío Socarrás (1948-1952) e impuso la dictadura de Fulgencio Batista, fue el germen sobre el que habría de tener lugar la Revolución Cubana. A partir de estos acontecimientos, el descontento del pueblo cubano fue en aumento y no concluyó hasta el triunfo definitivo de los revolucionarios. El 26 de julio de 1953, con el asalto al cuartel de Moncada, comenzó la insurrección contra la dictadura de Batista. El ataque, dirigido por Fidel Castro al mando de unos 200 hombres, fracasó y su jefe fue condenado a 15 años de prisión en la isla de Pinos (renombrada en 1978 como isla de la Juventud). Amnistiado en 1955, Castro se exilió en México, creó el Movimiento 26 de Julio, reorganizó a los insurgentes y entró en contacto con el revolucionario argentino Ernesto Che Guevara.
En diciembre de 1956, a bordo del yate Granma, Castro desembarcó en la playa de las Coloradas, situada en la ensenada del Turquino (en el extremo suroccidental de Cuba), y se adentró en sierra Maestra. Allí recibió el apoyo de buena parte del campesinado y comenzó una guerra contra el gobierno que duró dos años. La isla estaba, en este periodo, completamente entregada al capitalismo estadounidense, que controlaba el 90% de las minas y de las haciendas, el 40% de la industria azucarera, el 80% de los servicios públicos y el 50% de los ferrocarriles y de la industria petrolera.
A fines de 1958, la guerrilla asentada en su base principal de sierra Maestra, así como el denominado II Frente Oriental, había acabado prácticamente con la resistencia del Ejército de Batista. El 8 de enero de 1959, Castro entró en La Habana, de donde ya había huido el dictador Batista a Santo Domingo, y se designó presidente a Manuel Urrutia Lleó, aunque el poder efectivo estaba en manos del principal dirigente revolucionario, que pronto se convirtió en primer ministro. En julio de 1959, Urrutia, descontento por la negativa de Castro a celebrar elecciones, fue sustituido por Oswaldo Dorticós. El nuevo gobierno adoptó medidas radicales: Ley de Reforma Agraria, que entregaba la tierra a los campesinos, creación de un Ejército nacional y alfabetización de la población.
En 1961, fracasó el desembarco de bahía de Cochinos, un intento de invasión de la isla organizado por la agencia estadounidense CIA, y Cuba pasó a convertirse progresivamente en un Estado socialista cada vez más vinculado con la otra superpotencia: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En 1962, los soviéticos instalaron rampas de misiles en la isla, las cuales, ante el bloqueo dictado por el presidente John Fitzgerald Kennedy, fueron finalmente desmanteladas, resolviéndose de este modo la gravísima vicisitud internacional planteada entre Estados Unidos y la URSS que pasó a ser conocida como crisis de los misiles. En 1965, en sustitución del Partido Unido de la Revolución Socialista, se constituyó el Partido Comunista de Cuba, de carácter marxista-leninista, con Castro como secretario general. Como cabeza de la revolución comunista en el Tercer Mundo, Cuba intervino militarmente en diferentes conflictos: Angola, Congo, Guinea-Bissau, Somalia, Etiopía, Mozambique y Yemen del Norte.
(1928-1967), Revolucionario y líder político latinoamericano, cuya negativa a adherirse tanto al capitalismo como al comunismo ortodoxo le convirtió en un héroe de los nuevos grupos izquierdistas que surgieron en la década de 1960. Ernesto Guevara (Che es el sobrenombre por el que pasó a ser conocido) nació en el seno de una familia de clase media de Rosario (Argentina) y obtuvo el Doctorado en Medicina por la Universidad de Buenos Aires en 1953. Convencido de que la revolución era la única solución posible para acabar con las injusticias sociales existentes en Latinoamérica, en 1954 marchó a México, donde se unió al Movimiento 26 de Julio, grupo integrado por revolucionarios cubanos exiliados a las órdenes de Fidel Castro. A finales de la década de 1950, jugó un importante papel en la lucha de guerrillas iniciada por Castro contra el dictador cubano Fulgencio Batista. Cuando Castro llegó al poder en 1959 tras el triunfo de la Revolución Cubana, Guevara fue nombrado ministro de Industria (1961-1965). Opuesto enérgicamente a la influencia estadounidense en el Tercer Mundo, su presencia fue decisiva en la configuración del régimen de Castro y en el acercamiento del régimen cubano al bloque comunista, abandonando los tradicionales lazos que habían unido a Cuba con Estados Unidos. Guevara escribió Relatos de la guerra revolucionaria en Cuba (1961) y Diario de campaña en Bolivia (1968), dos libros sobre la lucha guerrillera en los que defendió los movimientos revolucionarios de base campesina en los países en vías de desarrollo. Desapareció de Cuba en 1965, reapareciendo al año siguiente en Bolivia, como líder de los campesinos y mineros bolivianos contrarios al gobierno militar. Fue capturado por el Ejército boliviano y fusilado cerca de Vallegrande el 9 de octubre de 1967.
Nacido el 13 de agosto de 1927 en Mayarí, hijo natural de un inmigrante español, plantador de azúcar, Castro se afilió al Partido del Pueblo Cubano en 1947, y se doctoró en leyes por la Universidad de La Habana en 1950. Después de que Fulgencio Batista se hiciera con el control del gobierno cubano en 1952 y estableciera una dictadura en el país, Castro se convirtió en el líder del grupo Movimiento, una facción antigubernamental clandestina cuyas acciones culminaron con el asalto al cuartel de Moncada (en Santiago de Cuba) el día 26 de julio de 1953, hecho por el cual fue encarcelado. En el juicio subsiguiente se hizo cargo de su propia defensa, cuyo alegato se manifestó por medio de un discurso (La historia me absolverá) que, más tarde, se convertiría en una importante consigna política para los revolucionarios.
Condenado a 15 años de prisión, fue amnistiado en 1955, y se exilió sucesivamente en Estados Unidos y México, donde fundó el Movimiento 26 de Julio. El 2 de diciembre de 1956, regresó a Cuba con una fuerza de 82 hombres, de los cuales 70 murieron en combate nada más desembarcar desde el barco Granma en la playa de las Coloradas, en el extremo suroccidental de la isla. Castro, su hermano Raúl y Ernesto Che Guevara se encontraban entre los 12 supervivientes. Con su base principal en sierra Maestra, donde habían conseguido internarse los revolucionarios dirigidos por Fidel Castro, el Movimiento 26 de Julio fue ganando apoyo popular, principalmente en los ámbitos estudiantiles (Directorio 13 de Marzo), y en diciembre de 1958, con respaldo del Partido Popular Socialista, avanzó hacia La Habana, ciudad de la cual hubo de huir Batista el 1 de enero de 1959 y en la que entró el propio Castro siete días después, acto que pondría colofón al definitivo triunfo de la Revolución Cubana. Castro se declaró a sí mismo primer ministro en febrero de 1959, cargo que ostentó hasta 1976, en que asumió la presidencia del Consejo de Estado, que según la nueva Constitución de diciembre de ese año englobaba la jefatura del Estado y del gobierno.
Fracasado su intento de establecer relaciones diplomáticas o comerciales con Estados Unidos, negoció acuerdos sobre armamento, créditos y alimentos con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y llevó a cabo la depuración de sus rivales políticos. Nacionalizó los recursos cubanos, afrontó una profunda reforma agraria basada en la colectivización de propiedades y estableció un Estado socialista de partido único (el Partido Unido de la Revolución Socialista, que en 1965 pasaría a denominarse Partido Comunista Cubano y cuya secretaría general asumiría el propio Castro), que llevó a un gran número de cubanos ricos al exilio. Estados Unidos vio con disgusto cómo el nuevo régimen embargaba las empresas de titularidad estadounidense, y en 1960 anuló los acuerdos comerciales que mantenía, a lo que Castro respondió en septiembre de ese año con la Primera declaración de La Habana, reafirmando la soberanía cubana frente al imperialismo estadounidense. Un grupo de exiliados cubanos recibió el respaldo del gobierno de Estados Unidos, en un infructuoso intento por derrocarlo que tuvo lugar en abril de 1961 y pasó a ser conocido como el desembarco de bahía de Cochinos.
Desde ese momento, Castro se alineó abiertamente con la URSS, dependiendo cada vez más de su ayuda económica y militar. En 1962, estuvo a punto de producirse una guerra nuclear, cuando la URSS situó en Cuba cabezas nucleares de alcance medio, ante la oposición estadounidense. La llamada crisis de los misiles de Cuba concluyó tras la celebración de negociaciones entre el presidente estadounidense, John Fitzgerald Kennedy, y el máximo dirigente soviético, Nikita Jruschov.
Durante las siguientes décadas, Castro alcanzó gran reconocimiento entre los países miembros del Tercer Mundo, gracias a su liderazgo de la Organización de Países No-Alineados (que presidió desde 1979 hasta 1981). A finales de la década de 1980, cuando la URSS inició sus procesos de glasnost (en ruso, ‘apertura’) y perestroika (en ruso, ‘reestructuración’), bajo el gobierno de Mijaíl Gorbachov, Castro mantuvo la aplicación del régimen marxista-leninista que había instaurado a principios de la década de 1960. Sin embargo, con el inicio del proceso de desintegración de la URSS y del COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica) en 1990, los problemas económicos de Cuba empeoraron. En 1993, en un intento por alcanzar una economía mixta, Castro aprobó reformas económicas limitadas que legalizaron algunas empresas privadas.
En 1996, el Congreso de Estados Unidos aprobó la denominada Ley Helms-Burton, que articulaba legalmente el boicoteo económico a Cuba, al pretender penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con otras radicadas en la isla. Por su parte, la Unión Europea (UE), en clara oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros para neutralizar los efectos de la Ley Helms-Burton.
Durante su intervención en el V Congreso del Partido Comunista Cubano (octubre de 1997), Castro reafirmó la idea de que Cuba no se dirigiría hacia el capitalismo, lamentando las aperturas que su gobierno hubo de consentir debido a la caída de los principales regímenes comunistas. En febrero de 1998, poco después de una visita histórica del papa Juan Pablo II a la isla, resultó reelegido nuevamente por la Asamblea Nacional del Poder Popular como presidente de la República, por otro mandato de cinco años. El socialismo y las conquistas de la revolución, cada vez más acosadas por las amenazas y el bloqueo estadounidenses, permanecieron como referencias ineludibles del propio Castro en su discurso de clausura de la constitución de la cámara que le había elegido, en el cual volvió a reiterar que no habría transición al capitalismo en Cuba. De otro lado, el gobierno del presidente estadounidense Bill Clinton decidió, a finales de marzo, suavizar su embargo sobre la isla.
El 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista, quien ya había gobernado Cuba entre 1934 y 1944, desencadena un golpe militar, que derriba al gobierno de Carlos Prío Socarrás, que aunque corrupto, seguía el cauce de la democracia representativa. Así, Batista invalida las elecciones que se avecinaban, donde debía resultar claro ganador el Partido del Pueblo Cubano. Un joven abogado se opone al golpe militar: Fidel Castro. Convencido de que el golpe priva de toda posibilidad a la lucha política, Fidel crea, junto a Abel Santamaría y otros, una organización clandestina de jóvenes estudiantes y trabajadores, muchos de ellos provenientes de las filas del Partido del Pueblo Cubano e intenta el asalto al el 26 de julio de 1953, en la ciudad de Santiago de Cuba, y al cuartel de Bayamo, ambos en la parte oriental de la isla de Cuba.
Aunque el asalto fracasó, y muchos de los involucrados, como Abel Santamaría fueron asesinados por la represión de la dictadura de Batista, Fidel Castro, su hermano Raúl, Francisco Medina y otros lograron, aunque prisioneros, sobrevivir. Enfrentados a un tribunal, Fidel pronuncia su alegato de defensa "La Historia me Absolverá", donde plantea el Programa del Moncada, integrado por las medidas sociales y económicas que hubieran tomado los revolucionarios de haber tenido éxito en ese momento.
Tras dos años de prisión en la Isla de Pinos, Fidel y sus compañeros son amnistiados por el régimen Batistiano, merced a la presión popular y al movimiento jesuita. Al comprobar la imposibilidad de la lucha política pacífica, Fidel se dirige a México, desde donde también visita Estados Unidos, organizando la expedición del yate Granma, a la que suman entre otros, Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Ya antes de partir de Cuba se había creado, formalmente, el Movimiento 26 de Julio, M - 26 - 7.
En el exilio, este movimiento firma pactos con otras fuerzas que propugnan la lucha armada como única vía para acabar con la dictadura: El Directorio Revolucionario, liderado por José Antonio Hechevarría, y compuesto por jóvenes estudiantes de la Universidad de La Habana, y grupos del oriente del país liderados por Frank País.
El 2 de diciembre de 1956 desembarca el Granma en las costas orientales de Cuba, aunque con retraso, lo cual provoca que el alzamiento coordinado con Frank País, en Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, no cumpla totalmente sus objetivos de distraer a las tropas de Batista.
Perseguidos los expedicionarios, sufren una derrota inicial en Alegría de Pío que causa la dispersión de los 82 combatientes, de los que solo llegan a la cordillera de la Sierra Maestra unos veinte. Sin embargo, en enero de 1957 la guerrilla realiza su primeras acciones guerrilleras (El Comabte de La Plata), con pleno éxito.
Durante todo el año 1957 la guerrilla crece y se fortalece, a pesar de las acciones ofensivas del ejército enemigo, expandiéndose a todo el territorio oriental a través de nuevas columnas guerrilleras y frentes, al mismo tiempo que crece también el combate en las ciudades, llevado a cabo principalmente por los estudiantes. Así mismo se incrementa la represión de la dictadura, que cuenta con el pleno apoyo de Estados Unidos. Destacables en este año son:
El Asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo, por el Directorio Revolucionario.
El Combate de El Uvero, 28 de mayo de 1957, que marca la mayoría de edad de la guerrilla.
La creación de la segunda columna del Ejército Rebelde, la 4, comandada por el Che Guevara
La creación del II y III Frentes Orientales "Frank País", liderado por Raúl Castro y Juan Almeida, respectivamente.
El asesinato de Frank País, el 30 de julio de 1957.
El alzamiento del 5 de septiembre, en la base naval de Cienfuegos: Marinos y luchadores clandestinos toman la ciudad por varias horas, destruyendo el mito de la unidad monolítica del ejército del régimen y resistiendo hasta que la mayoría cae combatiendo.
En 1958, se convoca a la Huelga General Revolucionaria del 9 de abril, que mal planificada, es sofocada por el gobierno, que, semanas después, convencido de la debilidad de las fuerzas revolucionarias, inicia una ofensiva general en la Sierra Maestra para destruir a las guerrillas.
La ofensiva es derrotada en memorables batallas como la de El Jigue y Santo Domingo, donde Fidel Castro, haciendo gala de una extraordinaria estrategia y táctica guerrilleras, logra cerca, destruir y rendir, a varios batallones del ejército enemigo. Derrotada la ofensiva y con las armas capturadas, se crean varias columnas guerrilleras más, dos de ellas, comandadas por Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, realizan la invasión al occidente del país. Parten de la Sierra Maestra en Agosto del 1958, y llegan al centro de la isla en Octubre, habiendo atravesado más de 400 kilómetros, llenos de soldados enemigos que cuentan con todos los medios materiales necesarios.
Una vez en el centro de la isla, estas columnas, tras reunificar a las fuerzas guerrilleras del Directorio Revolucionario y el Partido Socialista Popular, comienzan una campaña donde toman todos los poblados, destruyendo importantes fuerzas enemigas. En el oriente, entretanto, las fuerzas rebeldes cercan las principales ciudades.Para fines de diciembre de 1958, la moral combativa del ejército del gobierno es muy baja. La Embajada de EEUU comienza a buscar vías para evitar el triunfo rebelde. Aunque se realizan elecciones en noviembre de 1958, nadie reconoce sus resultados. El 31 de diciembre, cuando las tropas del Che Guevara prácticamente ya han tomado la ciudad de Santa Clara, llave del centro de la isla, y las tropas de Fidel y Raúl se preparan para tomar la Ciudad de Santiago de Cuba, Batista huye hacia Santo Domingo con un numeroso séquito de seguidores. La Embajada de EEUU trata de organizar una junta militar, maniobra denunciada por Fidel Castro que llama a la huelga general y orienta a sus comandantes Che Guevara y Camilo Cienfuegos avanzar hacia La Habana y tomar las instalaciones militares de la capital, hecho que se produce el 2 de enero de 1959. A partir de entonces, históricamente, se toma como fecha del triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.

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